1 atado de hojas de espinaca
1 pimiento colorado
2 polpetas de mozzarella de búfala o 200 g de bocconcini
100 g de jamón crudo en láminas
albahaca fresca
vinagreta
1 échalote
2 cucharadas de mostaza en granos
½ cucharadita de estragón seco
2 cucharadas de aceto balsámico
6 cucharadas de aceite de oliva
sal
pimienta negra
1. Separar las hojas de espinaca de los cabos, lavarlas y secarlas bien. Reservar en un bol en la heladera.
2. Quemar el morrón por todos sus lados sobre la hornalla. Envolverlo en una bolsa de nylon y dejar reposar durante 20
minutos. Retirar, pelarlo sin lavar para no perder el sabor ahumado y cortar en cubos pequeños, descartando las semillas y
las nervaduras.
3. Colocar las fetas de jamón crudo sobre la plancha, la sartén o el horno, a temperatura baja. No es necesario incorporar
aceite. Deben cocinarse lentamente hasta que estén crocantes. No tienen que quemarse, pues toman un sabor amargo. En esta
cocción lenta se van desgrasando y deshidratando. Dejar enfriar. Romper la mitad de las fetas con las manos en trozos irregulares.
4. Cortar la mozzarella de búfala en gajos y colocar en un recipiente. Condimentarlos con aceite de oliva, sal, pimienta
y albahaca fresca picada.
5. Vinagreta: picar la échalote. Colocarla en un bol pequeño junto con el aceto balsámico, la mostaza, el estragón, la
sal y la pimienta. Batir enérgicamente y emulsionar con aceite de oliva.
6. Mezclar todos los ingredientes de la ensalada y aderezar con la vinagreta de mostaza.
Esta mozzarella es un queso fresco que se realiza con leche de búfala. Es de origen italiano y para prepararla hay que
hilarla de una manera similar a la de un ovillo de lana. No es lo ideal, pero puede reemplazarse por mozzarella en barra o
un buen queso cuartirolo
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