1 baguette
Aceite de oliva, cantidad necesaria
1 ó 2 dientes de ajo gordos
2 atados de espinacas tiernas
3 huevos duros
250 g de panceta ahumada en tajadas
1 cucharada de vinagre
1 cucharada de aceto balsámico
PREPARACIÓN
Corte la baguette en rodajas oblicuas y finitas.
Acomódelas sin encimar en una placa para horno aceitada.
Cocínelas en horno caliente hasta que se tuesten de abajo. Retire.
Pele un diente de ajo, pínchelo con un tenedor y frote con él la parte tostada de las rodajas de pan. Cuando el ajo se
gaste, renuévelo con otro. Resérvelas.
Lave muy bien las espinacas y deseche los tallitos.
Seque las hojas -sin marchitar-las- entre repasadores o papel absorbente.
Corte las espinacas con las manos en trozos. Reserve en una ensaladera o en bol individuales. Protéjalas con papel fílm
y estaciónelas en la heladera.
Corte las tajadas de panceta en tiras de 1 cm de ancho y fríalas sin ningún agregado hasta que suelten la grasita y estén
crujientes. Escúrralas y deseche la grasita que escurrieron. Reserve, pero no lave la sartén.
Pele los huevos duros y pique por separado las claras y las yemas. Reserve.
Desglase lo pegadito que quedó en la sartén con el vinagre y el aceto balsámico. Raspe bien sobre el fuego, para obtener
una salsita.
Vierta este juguito caliente sobre las espinacas, junto con los trocitos crocantes de panceta.
Mezcle bien (pruebe y aderece con sal si hiciera falta) espolvoree con las yemas y claras de huevo duro picadas y adorne
cada plato (o la ensaladera) con las tostaditas al ajo. Con esta misma fórmula, puede usted inventar la ensalada tibia de
hojas que más le agrade: de berros, rúcula, parte verde y tierna de acelgas.
Para que las verduras de hoja resulten más "crisps" (es decir, crujientes) sumérjalas durante media hora en agua
con algunos cubos de hielo.
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